miércoles, enero 10, 2007

Despertar VI

...Retrocedió, dando pasos cortos y lentos, como quien no quiere hacer ruido, y casi de forma inconsciente se aproximó a la ventana, asegurándose de gozar al máximo del sonido y el cosquilleo del viento en su pelo, y de la calidez de los primeros rayos que el Sol proyectaba generoso.

Con los ojos aún cerrados apoyó la cabeza en el marco de la ventana; escuchaba el susurro de las olas en la playa, se afanó en la tarea de averiguar qué era aquello que cuchicheaban entre ellas, sonaba tan bello…

Necesitaba ver el azul del Mediterráneo, nunca se había detenido tanto como aquel amanecer para contemplar a su fiel compañero de melancolías y pesares, a su leal confesor. Se sintió agradecida por un instante y abrió los ojos con ternura, mientras una sonrisa se perfilaba tenue en sus labios… En aquel momento se percató de veras de cuán espléndida podía llegar a ser la grandiosidad del mar...


3 Comments:

At 10:52, Anonymous Anónimo said...

Hola amigo, tengo que venir con más tiempo a leerte. Ahora solo puedo dejarte un abrazo y mi deseo de lo mejor para este tiempo que empieza.
Gracias por tu paseo,como siempre un honor.
Ciao.

 
At 14:46, Anonymous Anónimo said...

sigo pasando por aqui a leer tu obra...

Saludos, cuidate mucho

 
At 11:49, Blogger Javier Herce said...

Precioso, como siempre.

 

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