miércoles, agosto 30, 2006

Regreso...

"Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo.

Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan.

Dormiría poco, soñaría más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz. Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen.

Escucharía cuando los demás hablan y ¡cómo disfrutaría de un buen helado de chocolate!

Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto, no solamente mi cuerpo, sino mi alma.

Dios mío si yo tuviera un corazón, escribiría mi odio sobre el hielo, y esperaría a que saliera el sol. Pintaría con un sueño de Van Gogh sobre las estrellas un poema de Benedetti, y una canción de Serrat sería la serenata que le ofrecería a la luna. Regaría con mis lágrimas las rosas, para sentir el dolor de sus espinas, y el encarnado beso de sus pétalos...

Si yo tuviera un trozo de vida... No dejaría pasar un sólo día sin decirle a la gente que quiero, que la quiero. Convencería a cada mujer u hombre que son mis favoritos y viviría enamorado del amor.

A los hombres les probaría cuán equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse.

A un niño le daría alas, pero le dejaría que él solo aprendiese a volar. A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez, sino con el olvido. Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres...

He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subirla. He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre.

He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse. Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, pero realmente de mucho no habrán de servir, porque cuando me guarden dentro de esa maleta, infelizmente me estaré muriendo.

Siempre di lo que sientes y haz lo que piensas.

Si supiera que hoy fuera la última vez que te voy a ver dormir, te abrazaría fuertemente y rezaría para poder ser el guardián de tu alma.

Si supiera que esta fuera la última vez que te vea salir por la puerta, te daría un abrazo, un beso y te llamaría de nuevo para darte más.

Si supiera que esta fuera la última vez que voy a oír tu voz, grabaría cada una de tus palabras para poder oírlas una y otra vez indefinidamente.

Si supiera que estos son los últimos minutos que te veo diría "te quiero" y no asumiría, tontamente, que ya lo sabes.

Siempre hay un mañana y la vida nos da otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría decirte cuanto te quiero, que nunca te olvidaré.

El mañana no le está asegurado a nadie, joven o viejo. Hoy puede ser la última vez que veas a los que amas. Por eso no esperes más, hazlo hoy, ya que si el mañana nunca llega, seguramente lamentarás el día que no tomaste tiempo para una sonrisa, un abrazo, un beso y que estuviste muy ocupado para concederles un último deseo.

Mantén a los que amas cerca de ti, diles al oído lo mucho que los necesitas, quiérelos y trátalos bien, toma tiempo para decirles "lo siento", "perdóname", "por favor", "gracias" y todas las palabras de amor que conoces.
Nadie te recordará por tus pensamientos secretos. Ten la fuerza y sabiduría para expresarlos. Demuestra a tus amigos cuanto te importan."


Gabriel García Márquez


Escojo estas palabras del genio García Márquez para ilustrar mi regreso al blog y en cierta manera a la "vida".

Siento tanto haber perdido el contacto con vosotros que las palabras no aciertan a salir de mi garganta, pero la vida da vueltas, se complica y al final te atrapa en un huracán de emociones y experiencias que te obliga a abandonar por un tiempo tus vivencias pasadas.

Realmente nunca sabes cuando será tu último día o cuando empezará una nueva etapa en tu vida que te obligue a separarte de todo lo anterior, y eso es lo que ha ocurrido, que he sido abofeteado con tanta rapidez e imprevisión que apenas nadie que no fueran los más cercanos tuvieron noticias mías.

Encontré un trabajo a mi gusto en principio para los meses de verano, un trabajo que me acaparaba los días casi al completo (incluidos fines de semana) pero que en el fondo disfrutaba. De un lado al otro y del otro al uno, sin necesidad de centrarme en mi mismo, así me pasé junio y julio gracias al mismo, a toda velocidad, viviendo al día sin planes, cocnociendo gente de diferentes entornos...en definitiva abriéndo mis puertas al mundo y, en cierto modo, vaciando mi interior.

El problema viene cuando el descontrol te termina dominando, y al estrés del trabajo le sumas algún que otro exceso, reuniones que comienzan siendo de tema laboral y que terminan a altas horas de la noche tomando copas y fumando tabaco de pub en pub, o bien entre las sábanas con la compañía de turno. En definitiva, dormir el tiempo de una siesta antes de empezar la jornada siguiente, con la consecuente resaca y el agotamiento final cuando lo mismo se sucede durante varios días.

Al final todo pasa factura, y no es que fueran dos meses escandalosos en demasía, pero sus efectos se multiplican cuando resulta que, sin saberlo, tu organismo no es tan fuerte como pensabas.

Una mañana de finales de julio me desperté con una sensación de ahogo insoportable y una fortísima opresión en el pecho que prolongaba su intensidad a lo largo del brazo y la espalda, de inmediato me puse en manos de los médicos de urgencia y fui ingresado en el hospital con un Neumotórax en un pulmón tan grave que tuvieron que operar.

Mentiría si dijera que no fueron unos días horribles, casi seis horas de delicada operación por la situación de la lesión, varios días sedado con morfina y cerca de tres semanas viviendo entre las cuatro paredes de una habitación, conectado por medio de tubos a distintas máquinas, en las frías manos de los cirujanos, enfermeras y auxiliares que consiguieron curarme.

El peligro ha pasado por fin y de recuerdo me quedan tres bonitas cicatrices y un futuro por delante. Ya no hay trabajo, pero cambiaré de ciudad en busca de otras oportunidades, y sobre todo intentaré recuperar a la gente que ahora me queda tan distante, y en especial una relación que se me ha ido yendo poco a poco de las manos.

Has estado en mis pensamientos todo este tiempo, puede que tu ausencia fuera la razón de tan pesada recuperación, pero estoy seguro de que fue la luz que irradias desde donde estés la que me ayudó a resurgir. Tal vez mi inconstancia no me permite prometerte la eternidad, y entendería que no quisieras escucharme. Se que soy arisco y egoísta, se de sobra que no te merezco, pero también se que HOY te necesito más que nunca a mi lado, que no quiero que pase un día más sin demostrártelo, y que mi rumbo futuro depende de ti.

Espero poder también retomar el contacto con todos vosotros y pasar por aquí a menudo, por este espacio que tanto bien me hace.

¡Un abrazo fuerte!